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[Intercambio] San Valentín 2016
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por Dae Al Saud Dom Feb 14, 2016 11:14 pm
Pues...eso. Aquí pongan los regalos para su amiga secreta xD
Y pues...mi amigi secreta es: KARLITA
Haré lo de siempre, una parte la subo y la otra te la mandaré por mp (????)
Y pues...mi amigi secreta es: KARLITA
Haré lo de siempre, una parte la subo y la otra te la mandaré por mp (????)
- Spoiler:
- Lo mejor para los dos es…no volver a disfrutar otro San Valentín juntos
NoahxDanteEn un tris, Dante se hallaba sentado en una banca del hospital, rememorando viejas épocas en lo que hojeaba con pereza una revista con una teatral indiferencia. Estaba ahí porque le asombró ver una noticia que no lo implicaba a él. O esa grandiosa mentira le había dado a Giselle para justificar porque se ausentaría al almuerzo que tendrían con sus padres.
Desde hacía bastante que aprovechaba la utilidad de sus gafas oscuras para observar por el rabillo del ojo a la muchacha que estaba a su lado. La evidente “nueva adquisición”; y por lo visto en el presente, a ese asno adultero le iban las jovencitas vestidas de alcachofa rubia.Quise mentir y aquí estoy
Quise no ser y aún soy
Quise volar con mis sueños, pero tu silueta lo desbarató
Era indiscutible que a Dante ese asunto le traía sin cuidado. Lo que le estaba empezando a colmar la paciencia (además de la falta de sueño) era el movimiento sobresaltado de sus piernas y esos dedos que no dejaban de toquetear los bordes de su corta falda color petróleo.
—¿Dante? ¡Eres tú, Dante!—Ante el llamado, alzo la cabeza en lo que sus gafas se resbalaban del puente de su nariz. Una sonrisa se formo automáticamente en su rostro. Para Kiannah, los años no pasaban en vano. Su rostro continuaba viéndose juvenil y rozagante en su máxima expresión, portaba una presencia más madura que antes, pero eso no se evidenciaba en su piel. Envidiable.
—Me da mucho gusto verla — contestó, de forma respetuosa aun si la mujer insistía en apartar los protocolos de cortesía que ella consideraba innecesarios. Tomo asiento a su lado, teniendo especial cuidado de no estropear el ramo de caléndulas que había recogido de camino al hospital.
—He seguido cada uno de tus pasos por la televisión—suspiro, formando una mueca nostálgica mientras su mirada se perdía en el cuarto del frente —. Parece que fuera ayer cuando ensayabas y la fama se veía tan lejana ¿debería pedirte un autógrafo y venderlo por internet?
Dante río, hablar con Kiannah era confortante y apaciguaba sus nervios. Miró la hora desde la pantalla de su celular. Se hacía tarde.
—Son las tres y media. Iré después de ust…Dime donde quedo
Ese extraño poder
Entrar por una ventana y nunca salirte de mi corazón
—¡Ni hablar! — Interrumpió velozmente Kiannah sin darle tiempo a Dante de replicar — Eres un chico ocupado. Ve tu primero —. Justo lo que necesitaba, consideraciones especiales cuando de verdad, no las deseaba. Si no fuera porque carecía del valor de rechazar su amabilidad, se habría retraído en la banca negándose a aceptar su generosidad. Con pesadez se puso de pie.
Si al principio le había parecido viable, estando a milímetros de tocar el pomo de la puerta se percataba de que, en realidad, no estaba listo para cruzar al otro lado. Dante miró hacia atrás, buscando fuerzas en una Kiannah que se distraía inocentemente con los pétalos de sus flores tarareando una canción que era imposible de identificar desde donde se encontraba.
Maldición.Sigues dando vueltas
En mi cabeza
Dando vueltas
Vencido y viéndose arrinconado por sí mismo, tomo una enorme bocanada de aire. Había enfrentado peores. Un escenario, un teatro, todos inundados de público. Un dormitorio con un solo engendro no podía sacarlo de su zona de confort.
—Te ves peor de lo que dijeron en las noticias —exclamo, sin articular un saludo previo ni permisos para ingresar, tragándose la mirada atónita de Noah, quien alzaba una ceja como preguntándose “¿Me morí o qué?”
—¿Dante?
—¿Quién más podría ser? —
—Es difícil saberlo con toda esa laca que traes en el pelo—. Noah no pareció percatarse de su posición ni de la suya. Tratando de no parecer ofendido formulo una (muy forzada) sonrisa que acompaño de un gesto obsceno, en lo que volvía a abstenerse de verse afectado por su falta de criterio y delicadeza.Debo admitir que todo es muy distinto sin ti
—Deja de hostigar, tu noviecita allá afuera trae el triple de goma en la cabeza —. Dante bufo y recorrió el cuarto desaprobando aquello que le parecía poco lindo. Empezando por el zoquete que con bastante empeño, hacía un fuerte ademán de sentarse en el borde de la cama sin pretender verse muy adolorido.
—¿…Qué? En fin. Me da gusto verte ¿A qué se debe el honor?
—Soy un hombre bondadoso y repleto de misericordia —. Proclamo, en lo que su ex novio se terminaba de convencer que la fama volvía locas a las personas. Ante el silencio, Dante se quito la chaqueta dejándola sobre la pobre escarpia que estaba a un lado de la lamparilla que iluminaba con una tenue luz el dormitorio —. Vi en las noticias lo de tu accidente. Que sigas vivo es la ferviente prueba de que la mala hierba nunca muere —. Noah no escatimo en ocultar una risa que colmo cada centímetro del estomago de Dante. Turbado por evocar ese sentimiento de antaño, tomo asiento del otro lado de la cama imponiéndose a la fuerza soportar un poco más.Y el fin de esto es igual
Alguno debe llorar
Mentir por última vez, aunque sea un poquito para revivir
—Ya sabes lo que dicen los antiguos hawaianos…no hay surfista que en su alma no lleve consigo la marca de un depredador —. Arrinconado y algo nervioso, Noah paso una mano por sus cabellos. Ya no los traía rubios. Era la primera vez que podía ver el color natural de su pelo. Finas hebras azabaches que se esparcían desorganizadamente por toda su frente. No le gusto.
—Si, a todos nos encantaría que nos atacara un tiburón — replico, haciendo un intento por seguir la corriente, siendo difícil si las marcas podían verse detrás de esas vendas traslucidas. Había visto el vídeo o la mitad de él y no dejaba de impresionarle lo bien librado que había salido.Sigues dando vueltas
En mi cabeza
Dando vueltas
—Con permiso —. La puerta se abrió y con ello el alma de los dos presentes pudo descansar. Tras lo conversado, habían entrado a un limbo de mutismo donde ninguno se atrevía a quebrar el hielo. Azeneth paso silbando, no reparo en la presencia de Dante hasta que lo tuvo a una corta distancia y se limito a alzar su pulgar intentando nadar en su memoria de largo plazo para dar con su nombre —. Daniel —
—No. Dante —.
—Casi. Hola Dante, bonita playera. Soy Azeneth —. Noah escondió una risa detrás del vaso de agua que estaba bebiendo y tocio para disimular.
—Neth, ya se conocían. Dale un respiro y simula que lo reconoces —. La morena, alzo los hombros despreocupadamente y retiro la mano que Dante estaba a punto de estrechar. El castaño, se sonrojo al quedar con la extremidad alzada y la bajo lentamente como si aquello no hubiese ocurrido.
—¿Nos conocemos? Ya veo, eres Dante el de la tienda de comestibles —. Esta vez, una fuerte carcajada se escucho de parte del paciente y Neth continuaba patidifusa antes las reacciones de ambos chicos.
—No, no soy ese Dante.
—¡Ya se! Eres el Dante Alighieri. Me divertí con tu viaje al inframundo—. Si era joda o no, era difícil saberlo. Las casi nulas expresiones faciales de Azeneth no permitían adivinar cuando iba en broma.
—¡Tampoco soy ese Dante!
—Es el Dante del Escorpión rojo, Neth, la SexShop de la otra cuadra.
—Noah, cierra la boca—. Con ese malentendido y pareciendo el centro de la diversión de ese par de matones. Dante decidió que era momento de marcharse. Noah seguía vivo, entero y ni unos mordiscos le quitaban la bonita sonrisa de la cara ¿Cuándo le pareció que era el tipo de persona que le podía faltar gente que le hiciera compañía? Familia, amigos, novias y otras que escondía por ahí. Si Noah requería de algo, eso era tranquilidad y no visitas de ex novios problemáticos. Había cumplido y la próxima vez que acabara igual enviaría las flores y un mensaje de texto—. Cumplí mi objetivo del día: desgraciarme de que sigas vivito y coleando. Me retiro, fue un gusto verte…verlos—corrigió automáticamente notando como algunos colores subían por sus mejillas.Volvemos a caer
En la complicidad
Te vuelvo a mirar
—Dante, espera—. Habría resultado mejor si se hubiera marchado en cuanto planeo hacerlo. Ver como Noah se levantaba de la cama tan penosamente le causo una enorme lastima, la necesaria para quedarse y otorgarle su tiempo de gracia. No escondió una que otra broma cruel por su estado, las cuales soltó para darse control.Pero hay heridas
Que aunque se escondan
Nunca se olvidan
—Déjame ayudarte—. Neth tuvo la consideración para prestarle un hombro y ayudarle a caminar. Dante espero que estrechara su mano, le dedicara otra sonrisa, pero no que apoyara todo su peso encima de él para darle un fuerte abrazo que reavivo variadas emociones que mantenía selladas en algún lugar. No correspondió, aunque si le produjo uno que otro escalofrió que acabo por ponerle la piel de gallina.
—Gracias.Sigo pensando en alguna salida
Para olvidarme de ti
Disgustado y humillado por ser atrapado de esa forma, mantuvo un porte pulcro que fue estudiado por una Azeneth que se reacomodaba los lentes de marco grueso y quien parecía mantenerse inesperadamente alerta a sus reacciones. No le dio en el gusto de adivinar que pasaba por su cabeza y fácilmente camuflo su intranquilidad regalándose unas palmaditas en la espalda a Noah.
—Me debes el tiempo perdido—bromeo y miró en una dirección contraria al contacto de su cuerpo para dejar de sentir el tenue aroma a menta. Seguía siendo adicto a las pomadas mentoladas, según él curaba todo.Quisimos enterrar este jodido amor
Más de una vez
Dante se planteó si sería él o le daba a que el cuerpo de ese cretino temblaba levemente y no por el efecto de las heridas. Podía estar errado y querer que así fuera ¿Por qué no? Si podía ocasionarle culpa, por más que fuera escasa se sentiría mejor.
Es más, si seguía manteniendo un poquitín de amor por él sería fabuloso. Así no le daría tantas vueltas a lo idiota que era contentarse con un gesto tan inocente que no buscaba más que agradecimiento.
—Ya que estamos ¡Feliz San Valentín! — No se quedo para responder a eso, no quería recibir otro discurso lleno de chucherías. Noah tenía una habilidad para crear oraciones conmovedoras que podía causar una falla en sus memorias y no iba a caer en piropos baratos y galantería ensayada otra vez.
Estaba a tiempo para regresar y comer algo de postre junto a su familia. Se despidió de Kiannah y al final la niña de la banca estaba esperando para pedirle una fotografía. Había sido trágicamente cómico como lo último que imagino fue que era eso lo que estaba esperando.Sigo pensando en alguna salida
Para olvidarme de ti
Lo que fuera. Sería el último San Valentín que lo vería, tendría más tiempo para olvidar.
- Volvemos a caer – Gonzalo Yañez
- Sigues dando vueltas – La rue morgue
Última edición por Dae Al Saud el Dom Feb 14, 2016 11:58 pm, editado 1 vez
Dae Al Saud
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por Alphonse Van der Heijden Lun Feb 15, 2016 7:52 pm
Bueno! Daré mi regalo, a mí me tocó -redoble de tambores-, JOSS a.k.a mah MOOM
Like, Feliz Día de San Valentín atrasado!!!!!!!! -lanza confeti y corazones-, Espero que hayas tenido un bonito día.
Yo te tengo dos regalos, ahora solo te daré uno. Te dibujé dos de tus pairs. La primera:
AndreixChirú.
JoannexMei
La idea sería darte un pequeño fic que acompañe a cada pic. Trataré con todo mi ser de hacerlo cómico(?).
Anyway, espero que te haya gustado <3 -abraza-, Que tengas una muy bonita semana.
Like, Feliz Día de San Valentín atrasado!!!!!!!! -lanza confeti y corazones-, Espero que hayas tenido un bonito día.
Yo te tengo dos regalos, ahora solo te daré uno. Te dibujé dos de tus pairs. La primera:
AndreixChirú.
- Spoiler:
JoannexMei
- Spoiler:
La idea sería darte un pequeño fic que acompañe a cada pic. Trataré con todo mi ser de hacerlo cómico(?).
Anyway, espero que te haya gustado <3 -abraza-, Que tengas una muy bonita semana.
Alphonse Van der Heijden
Más yeta
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por Hakan Santos Lun Feb 15, 2016 10:02 pm
Juana querida, todo esto es para usté:
- Regalo #1:
(??????¡¡¡¡¡
- Regalo #2:
Hakan Santos
El más gross
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por Jovanka O'Neill Lun Feb 15, 2016 10:24 pm
Juro solemnemente que cuando esté más libre, digitalizaré esto para enchularlo y dejado a todo color. Sí, tú, mi amiga secreta, nada más y nada menos que...
Espero hayas pasado un lindo día de San Valentín <33 -estrujosea- y ojalá te guste <3 es poquito pero con amors. Ya en otro momento te mandaré el resto del regalo (tal vez no hoy, ni mañana, pero algún día)
PSY
Espero hayas pasado un lindo día de San Valentín <33 -estrujosea- y ojalá te guste <3 es poquito pero con amors. Ya en otro momento te mandaré el resto del regalo (tal vez no hoy, ni mañana, pero algún día)
- Spoiler:
Jovanka O'Neill
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por Gabriel Williams Mar Feb 16, 2016 3:52 pm
Bueeeeeno, aquí estoy, siguiendo la bonita tradición de la pedofilia (Dios, mátame). Para nada más y nada menos que mi queridísima...
Mira, es que tú ya sabía quien era y pues ni modo, te toca esto por joderme (?). Una historia de amor/horror. Me ghace falta un regalito más normal, pero ese te lo daré coming soon.
LUNAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Mira, es que tú ya sabía quien era y pues ni modo, te toca esto por joderme (?). Una historia de amor/horror. Me ghace falta un regalito más normal, pero ese te lo daré coming soon.
- Asaltatumbas:
Argumento: Gio, no.
Dae y Kris eran algo así como amigos, o al menos su relación era algo parecido a una amista porque, sinceramente, sus habilidades sociales no eran nada del otro jueves. Ahora, por ser pseudo amigos no necesariamente tenían que estar de acuerdo en todo. De hecho, era más habitual que sus opiniones no concordaran en lo absoluto, la diferencia era que por lo general Dae lo expresaba mientras que Kris era más de juzgar en silencio.
Claro que siempre hay una excepción que confirma la regla.
─No lo apruebo.
─Estoy contigo, Yisus.
Dae y Kris miraban fijamente a Gio, el causante actual de todo su estrés, mientras el chico preparaba chocolates quitado de la pena. No les agobiaba en sí que Gio estuviera haciendo con tanto esmero esos bocaditos de cielo porque tenía derecho a enamorarse ¿No? El problema era para quién eran esas madres.
─Dae ¿A tu papá le gustan los chocolates con nueces? ─preguntó Gio, parando por un momento su labor.
Lo peor es que parecía genuinamente preocupado. Dae entornó la mirada y decidió omitir el hecho de que su padre ni siquiera era fanático de las cosas dulces. Puta vida.
─No me jodas, deja eso de una buena vez.
─Pero ya los estoy haciendo ─contestó Gio sin perder el buen humor frente a la hostilidad de Dae─. Además, no estaría bien que no los terminara cuando ya se los prometí ¿No crees? Así que ¿Pasas o nueces?
Iba a estrangular a Gio, eso era un hecho. Afortunadamente, Kris no siempre era inoportuno, a veces tenía sus momentos de lucidez.
─Eso es irrelevante, la cuestión aquí sería cuándo y en qué circunstancias hiciste tal promesa ─intervino Kristófer─. No quisiera que te inmiscuyeras en asuntos sórdidos con el padre de Dae.
─Lo que dijo tu hermano pero resumido. Podría ser tu abuelo, sabes.
Para horror de ambos, Gio enrojeció hasta las orejas y se echó a reír, nervioso.
─¡Las cosas que dicen! Sólo se los doy porque me da buenos consejos y eso, nada malo. Si quieren también puedo darles chocolates a ustedes.
Un escalofrío recorrió la espalda de Dae. No quería saber qué tipo de cosas habían hablado su padre y Gio porque no podía ser nada bueno.
─No es necesario ─declaró Kris, con la boca seca─. Es malo comer chocolate en exceso.
Pobre Yisus, seguro que Gio estaba sacando de él más emoción de lo que sentía en un año, pero no era precisamente algo positivo. Mientras Kris sufría, Dae se preguntaba si sus gritos internos tendrían tanta potencia como para destrozarle las entrañas porque, puta madre, quería estrangular a su viejo por rabo verde y darle un zape a Gio por empeñarse en ir directo a la boca del lobo.
Dae no necesitaba que un amigo suyo fuera su madrastra. Mucho menos necesitaba que su padre supiera que Gio era un “cocinitas”, a saber qué podía despertar en él esa información.
─Mientras tú haces tus chocolates de la pureza, me llevo un rato a tu hermano ─avisó Dae, dándole un empujón a Kris─. Ven, vamos a hablar de tus, eh, fanficciones o lo que sea.
─Vale, pero no se tarden tanto, la lasaña ya casi está ─asintió Gio distraídamente, eso mientras removía el chocolate casero y tarareaba una melodía tétrica que bien pudo o no ser “Careless Whisper”.
Mejor aquí corrió que aquí murió y Dae ya se estaba marchitando demasiado, eso espiritualmente hablando. Así que prácticamente arrastró a Kris al cuarto de este último, subiendo las escaleras de dos en dos. Abrió la puerta de la habitación y lo echó dentro, haciendo un esfuerzo hercúleo para ignorar todo el merchandising friki que allí habitaba.
─Qué mierda ─murmuró Dae por lo bajo, y no estaba hablando del exceso de figuritas de Han Solo y la princesa Leia─. Eh ¿Qué estás haciendo?
Kris lo miró con su laptop en mano y se encogió de hombros.
─Comentaste que deseabas saber sobre mis fanfiction ¿No es así?
Seguro que se moría de las ganas de hablar de eso, pero Dae no iba a ser tan estúpido como para darle la oportunidad.
─Vete al carajo ─le soltó Dae ─. Lo que hay que hacer es hablar de tu hermano y mi viejo.
Kris arrugó un poco la nariz con disgusto. A Dae le preocupaba que se le fuera a romper la cara con tanta expresividad repentina.
─Nunca creí que mi hermano mayor iba a empeñarse en ser el protagonista del argumento de un fanfiction shotacon. Siempre supe que Giovanni prefería a la gente mayor, pero esto… ─Kris hizo una pausa antes de soltar un suspiro─. Perdona que lo diga, pero tu padre estaría incurriendo en un delito.
Dae quería contestarle que no sería la primera vez que su padre le echaba el ojo a alguien escandalosamente más joven que él, pero algo le decía que Kris no iba a tomárselo muy bien y en verdad necesitaba su ayuda.
─Ya. Bueno ¿Qué vamos a hacer?
─Denunciar a tu padre ─contestó Kris tajantemente.
─No, es un cascarrabias pero es familia. Si le digo que no siga, Tal vez no le siga el juego a Gio.
Quizás. Posiblemente. Kris pareciera que le leyera el pensamiento, porque el labio le tembló, como si quisiera hacer otra mueca y definitivamente no sería una sonrisa. Igual y estaba agotando su cuota de expresividad para el día.
─Es un argumento muy vago como para que me deje tranquilo… ─habló finalmente, tomando las figuritas de Han Solo y Leia en sus manos.
─Pues tendrás que conformarte ─espetó Dae─. Porque no se me ocurre otra cosas. Tú habla con Gio o lo que sea.
Y por otro lado, no podía ser que Gio fuera en serio ¿O sí?
***
─No tengo hambre. Tu amigo con sobrepeso me invitó a comer a su casa.
Dae casi se atragantó con el estofado al escuchar eso de la boca de su padre.
─¿Cuál amigo con sobrepeso? ─preguntó Dae, a sabiendas de que la respuesta no le iba a hacer ni pizca de gracia.
─El que me mandó chocolates ─contestó su padre, como si no fuera nada del otro jueves─. Espero que le hayas dicho que no me gustan los dulces.
Allí iba otra porción del respeto de Dae hacia él. Hasta parecía que se empeñaba para quedar mal.
─Oye, ni se te ocurra ─siseó de mal humor, afortunadamente sus hermanos estaban demasiado ocupados guerreando entre sí como para prestar atención a la conversación. Definitivamente no necesitaba este episodio en su vida─. Le triplicas la edad. Y es… Bueno, es Gio.
Su padre no contestó durante un buen rato, lo cual era malísima señal. Parecía estar reflexionando sobre el asunto.
─Tiene buen culo.
─No dijiste eso.
Dae recordó que en algún momento de la vida, esa persona que resultaba tener como progenitor había hecho un comentario parecido sobre Joanne. No le había hecho gracia. Además, era mucho más perturbador escuchar ese comentario sobre Gio, especialmente cuando el pobre infeliz destilaba tanta inocencia.
O de inocente nada, que se quería amarrar a un anciano ¿No?
─Tu amigo también cocina bien, probablemente vaya a hacerle otra visita pronto ─prosiguió su padre con el tormento─.. Nunca está de mal tener una esposa que sepa cocinar como Alá manda.
Dae quiso lanzarle algo. Tal vez Kris tenía razón, su padre necesitaba ser denunciado.
***
─Tu padre necesita ser denunciado.
Allí iba de nuevo.
─Ya sé, pero es familia.
Ese era su único argumento y comenzaba a cansarse usarlo y quedar mal, pero ni modo, le tocaba aferrarse a eso con uñas y dientes.
Joanne lo miró con desaprobación un momento antes de suspirar y asentir. Probablemente había recordado que su hermano mayor no era modelo de una conducta ejemplar y se mordió la lengua, aunque seguro que sí no intentaba salir con gente exageradamente joven para él. Andrei Williams tendría que salir con un feto y ni así se comparaba con la brecha de edad entre Gio y su viejo.
─Bueno ¿Y qué quieres hacer? ─preguntó Joanne, sentándose en el banco del parque─. Tu padre tiene que despabilar ¿Qué nunca ha escuchado eso de que quien se acuesta con niños amanece mojado?
─No, porque él no creció con esos dichos de mierda ─espetó de malos modos.
Sabía que Joanne no tenía la culpa de su drama familiar, pero tenía que desquitarse con alguien. Y en cualquier caso, ella ya estaba bien curtida frente a sus insultos, prueba de ello era que le mostrara el dedo medio sin muchos ánimos.
─Di lo que quieras, es verdad ─Joanne se rascó la barbilla, pensativa─. Te diría que igual y él pasa de Giovanni, pero bueno… su historial no habla bien de él ¿No?
Ni idea de por qué había decidido contarle eso a ella. En un principio había parecido buena idea, pero ahora sólo había aumentado su dolor de cabeza.
─¿Se te ocurre algo además de denunciarlo? ─preguntó Dae con hastío.
─Pues, la verdad es que no es mi problema─ contestó ella─. Igual tú puedes ir a decirle misa a tu padre y a Gio pero los dos parecen ser cabezotas. Tendrá que descalabrarse, ni modo.
─Siempre se puede contar contigo ¿No?
Joanne chasqueó la lengua y no se dignó en contestar siquiera.
***
Hablar con Joanne había servido para un carajo, así que la única esperanza de Dae para evitar que el romance de Gio y su padre se diera, era Kris. Alá sabía que los dos sentían una fuerte aversión hacia esa pareja.
─No los shipeo.
─Oye ¿Puedes ponerte serio? Estamos hablando de tu hermano.
─Estoy siendo serio.
Lo peor es que era verdad. Algún discurso largo y aburrido había soltado Kris, argumentando por qué el Abivanni (¿Qué idioma era ese?) era su NOTP (Qué) y lo había dicho con tanta pasión que no podía ser una broma.
Era terrible que fuera su última esperanza.
─En todo caso, creo que llegué a una conclusión: Probablemente Gio está buscando a nuestro padre en el tuyo.
─¿Te importaría explicarte mejor?
Kris asintió y tamborileó sus dedos en la madera de su escritorio. Por una vez en su vida no se le veía muy cómodo con una teoría y eso sí era raro. Es decir, el chico había navegado en las bajas aguas del omegaverso, verlo incómodo por algo era alarmante.
─No podría entrar en detalles porque no estoy al corriente de la situación familiar de padre ─comenzó Kris, jugueteando esta vez con Luke Skywalker y Han Solo─. Pero imagino que si Gio no convivió mucho con él cuando era niño, eso pudo haberle afectado de alguna manera.
─Espero que esto no lo haya encontrado en internet…
─En realidad sí, pero me pareció congruente. Probablemente Gio no sobrellevó su situación familiar tan bien como yo.
Ya, si sobrellevarlo era escribir y leer pornografía de personajes ficticios, Kristófer lo tenía claro. Dae tomó la figurita de Leia y jugueteó con ella entre sus dedos, prestando especial atención al trasero de la princesa. De tal palo, tal astilla.
─¿Eso en qué nos ayuda? ─preguntó Dae, frunciendo el ceño─. Gio no puede pretender que mi viejo es su papi.
Se dio cuenta muy tarde de lo mal que había sonado eso, afortunadamente, Kris no se enteraba de nada. A veces le apenaba su amigo, el mundo real se lo iba a comer vivo.
─No, pero tal vez yo pueda hablar con padre y…
Kristófer guardó silencio y ambos pusieron atención. Les había parecido escuchar el ruido de alguien subiendo las escaleras y tampoco es que quisieran que alguien, además de ellos, supiera del romance prohibido de Gio.
─¡Kriiiiiiis! ¿Puedo pasar?
Y hablando del rey de Roma. Kris miró a Dae, como si estuviera esperando su permiso o algo así. Hombre, que era su habitación.
─Pasa, Dae está aquí.
─¡Bien!
Gio entró al cuarto hecho un remolino de alegría, como de costumbre.
─¿Qué hacían? ─preguntó Gio con curiosidad, sentándose en la silla del escritorio.
─Jugábamos con las figuras ─dijo Kris, levantando en el aire a Han Solo y Luke─. A Dae le toca ser la princesa Leia, pero aparentemente no puede decidir entre Luke y Han. Se debate entre el incesto y la pasión, personalmente, el in cesto entre Luke y Leia parecía ser en un inicio la opción...
Por toda respuesta, Dae le lanzó la figurita de Leia en la cabeza. Puto Kris ¿Con qué calidad moral iba y se quejaba de los fetiches de Gio?
─Ohhhh, pues qué bien ─asintió Gio sin inmutarse. Qué pena, ya estaba acostumbrado a tanto absurdo─. Yo quería preguntarles una cosa, y si está Dae, mejor.
─Si es de mi viejo, olvídalo ─advirtió Dae, ya a la defensiva. Ni siquiera sabía a quién estaba protegiendo, si a su amigo o a su padre─. Ya te dije que no serás un Al Saud más.
Gio lo miró atónito un segundo antes de reír y menear la cabeza.
─No quiero salir con él ─explicó Gio, sin dejar de reír─. Tu papá es como uno de esos señores bomberos geniales… pero no. En realidad iba a preguntar si tenían el número de Dylan.
Dae levantó las cejas y miró a Kris, no porque pensara que él tuviera el teléfono de Dylan; ya sabía que ese chico no tenía amigos. Lo que quería era ver su reacción.
─Dylan… Es un chico rubio ¿No? ─tanteó el terreno Kris─. De una edad más apropiada para ti.
─No sabía que te gustaba él ─le dio la razón Dae.
─En realidad lo quería para preguntarle qué tipo de hamburguesas eran las favoritas del señor Alfred ─explicó Gio, mirando hacia la nada─. ¿Qué tipo de corte creen que sea su favorito?
─Hermano, no.
Dae contó hasta diez, dividido entre el horror y las ganas de reírse de Kris. Bueno, al menos ya no era su problema.
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por Alex Miér Feb 17, 2016 11:21 pm
Ésta vez lo publico en el mismo mes, ya es un logro(?) Y pues, a mi me toco...
YUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU
Primero que nada, espero que hayas tenido un bonito día en San Valentín <3 que todos merecen un poquitou de amour~
Segundo, lo lamento por los fails que están en los escritos, que si te preguntaba alguna duda de tu personaje, pues se iba a ver muy obvio y como que no(??)
Que los disfrutes~ <3
YUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU
Primero que nada, espero que hayas tenido un bonito día en San Valentín <3 que todos merecen un poquitou de amour~
Segundo, lo lamento por los fails que están en los escritos, que si te preguntaba alguna duda de tu personaje, pues se iba a ver muy obvio y como que no(??)
Que los disfrutes~ <3
- I don´t understand, but...:
Darel dejó caer la mochila por la puerta de la casa, tal vez se arrepentiría de eso más tarde, pero estaba lo suficientemente cansado como para que no lo importara en lo absoluto. Apenas se acordó de cerrar la puerta principal con llave y estuvo a punto de aventar las llaves al sofá por qué no encontraba el lugar para colgarlas. Entró a la cocina y dio gracias a todo lo divino de que tenía que darle de comer a Kora hasta en la noche. Había tenido un día de perros y apenas si tenía fuerzas para alimentarse a sí mismo.
Todavía le dolía el tobillo tras caerse de las escaleras del banco, nada grave, pero definitivamente molesto cuando tenía que ir de regreso a casa a pie. Su bastón guía tenía abolladuras y sus lentes favoritos se había roto, y aunque tenía de repuesto, extrañaría usar los que su madre le había regalado de cumpleaños.
También se lastimó la mano, se le cayó el cambio que traía, casi lo atropellan, y había caído en un charco que parecía llegar hasta el mismo infierno por lo profundo que estaba. Todo por que Kora había amanecido malita esa mañana y no la había querido exponer.
Comió lo básico ese día, un intento vago de un sándwich y un jugo embotellado que tenía días en el refrigerador, no le daba para más después de 10 horas fuera de casa con la mala suerte tras sus espaldas. Cuando llegó a su cuarto, se quitó su abrigo y lo dejó caer en la silla del escritorio. Sus botas salieron volando por los aires, por suerte (¿en serio?) no había roto nada. Chocó con una de las esquinas de su cama pero estaba tan hastiado que solamente soltó un suspiro de molestia. Se dejó caer en la cama arrugando las colchas y tirando alguno que otro peluche al suelo.
Tras unos momentos de puro silencio en los que Kora entró el cuarto para averiguar por qué su humano hacía tanto escándalo, Darel sacó su celular del bolsillo que por suerte todavía tenía batería, y abrió Google. Titubeó antes de indicar a la máquina su búsqueda y que abriera la primera página. El buscador abrió un blog un tanto anticuado, con pocas opciones y descripciones cortas, pero sobre todo, en un idioma que Darel no conocía.
Había llegado a ese sitio web de manera accidental, tratando de encontrar una receta. Tratando de darle hacia atrás en su búsqueda dio a reproducir un vídeo que el usuario había publicado recientemente.
En una situación normal, Darel habría cerrado la página y volver a su búsqueda culinaria, pero se quedó congelado en medio de la cocina con Kora tratando de robar un trozo de la carne cruda que estaba en el contador. La voz del usuario era… interesante. Tenía un tono grave y un acento bastante peculiar, como si hablara un idioma y de repente soltara cosas en otro, aunque ninguno que Darel pudiera comprender más allá de su inglés e italiano. Un escalofrío recorrió su espalda y un cosquilleo interesante inundó su paladar, vagamente podía saborear algo de chocolate amargo y fruta confitada en la punta de su lengua, parecía que estaba recordando el chocolate que nunca comió ayer.
Dejó el celular en el contador junto a la carne, inseguro de que hacer. Los quejidos de Kora lo devolvieron al mundo, la alejó del contador y arrastró la carne cruda un poco fuera de su alcance. Cuando volvió a tomar el celular en sus manos el vídeo se había acabado. Lo bloqueó y decidió hacer un platillo que ya conocía.
Los días siguientes al accidente fueron confusos. Por momentos, seguía con su vida normal y un tanto aburrida, pero por otros recordaba la voz del vídeo atrás de su cabeza y se relamía los labios, extrañando el sabor a chocolate amargo y fruta confitada.
¿Pero por qué? Darel prefería el chocolate con almendras.
Al quinto día se quebró. Volvió a hacer la misma búsqueda que había hecho la vez pasada, pero no salió como él esperaba, ahora si encontraba las páginas de cocina. Se sintió estúpido, tanto por querer escuchar la voz de esa manera, ¿qué bien traía a su vida? Y por actuar de manera desesperada. Tenía trabajo que hacer y no podía gastarlo de esa manera.
Pero el historial salva vidas. Qué bueno que nunca lo borraba.
La voz resonó una vez más, ahora en su habitación. Apretó con fuerza el celular y tragó en seco, se había quedado congelado otra vez. Titubeó antes de empezar a sentarse en el suelo de manera lenta, tanteando el aire a su alrededor de manera leve. Apenas quedó en el piso, Kora fue hacia él animada y le dio varios empujoncitos con la nariz para que le hiciera caso. Darel saltó en su lugar sorprendido y apretó más el celular en su mano, oprimiendo el volumen por error.
Ahora la voz sonaba más fuerte que antes, Darel podía escucharla con más claridad. Se estremeció totalmente y la nariz fría y mojada de Kora no ayudaba en nada.
Cuando por fin pudo tranquilizar a Kora el vídeo se había acabado y Darel era un manojo de sentimientos encontrado.
Primero, estaba irritado de que hubiese buscado el vídeo por cielo y tierra, segundo, no entendía nada de lo que decía, tercero, Kora no lo había dejado escuchar la voz tranquilamente. Pero el animal no tenía la culpa, si no Darel. Darel y esa estúpida y atrayente voz a miles de kilómetros de distancia.
Después de ese momento todo fue en picada.
Darel buscó el video de nuevo al día siguiente y averiguó que si subía el volumen un poco más, también encontraba el sabor a moras junto con los demás.
Le gustaban mucho más las moras que el chocolate amargo.
Con el tiempo, encontró otros vídeos del sujeto, (Lukas, supuso una vez cuando encontró un vídeo nuevo, y el nombre sonaba en un contexto de introducción, aunque no estaba del todo seguro) y con ello nuevas sensaciones y sabores.
Después, agarró la costumbre de escuchar vídeos de él cuando necesitaba levantarse los ánimos o relajarse.
Por eso, cuando Darel había tenido ese día horrible en el cual perdió sus tan amados lentes, abrió un vídeo de Lukas para calmarse. Colocó el celular en la almohada, al lado de su oreja y cerró los ojos apenas escuchó la voz resonar en la habitación.
Incluso dejó que Kora se subiera a la cama con él. Tal vez podría mandar a arreglar sus lentes.
- Would you be...?:
Odiaba el hielo. Con todas sus fuerzas. Al menos en ese instante.
El era un nadador, estaba acostumbrado a que el agua estuviera fluyendo junto con él y no estuviera paralizada en un solo momento, amenazando con romperse bajo sus pies y tragárselo enterito. Le daba pánico zambullirse y no poder encontrar de nuevo la superficie.
Se agarró a la valla de protección con todas su fuerzas, tratando de hacer que sus pies estuvieran quietos, pero hacían lo que querían y se iban a los lados los malditos. Todo culpa del hielo.
— ¿Estás seguro?
— Totalmente seguro, lo único q-quiero hacer es s-salir de aquí.
— ¿Tienes que frío? Por que-
— No es el frío. —Darel frunció el ceño, no le había gustado interrumpirlo de esa manera. Aunque si tenía un poco de frío, no era la razón principal a su negación.—Solo… solo no me quiero cortar un dedo con un patín o s-ser tragado por el hielo. Con mi suerte…
Darel casi pudo escuchar a Lukas hacer una mueca. Era cierto, el menor no tenía la mejor de las suertes y en presencia de Lukas las cosas solo empeoraban. Aun así, quería compartir esto con él, así que se acercó a la valla de protección y tomó la mano de Darel. Tenía que convencerlo de alguna manera.
— Yo te enseño, no soy el mejor pero puedo hacerlo.
— E-es que…
— Por favor. —Insistió.
Darel sintió sus mejillas arder un poco. El contacto del mayor hacía un contraste que siempre le hacía sentir escalofríos y rara vez le pedía las cosas por favor, normalmente solo haciéndolas y Darel siguiéndolo con cuidado. Y aunque tratara de negarse, la mayor parte del tiempo siempre caía. Como ahora.
Asintió levemente con su cabeza y con cuidado fue soltando la valla de protección y aferrándose como gato al mayor. No tenía ni idea de cómo iba a funcionar pero decidió confiar en el mayor. Al menos esperaba no perder algún dedo.
A paso lento se alejaron de la tan apreciada seguridad de la valla de protección y entraron a la pista junto a las demás personas, la mayoría de ellas, parejas. Pero aun con todas esas parejas la pista estaba más vacía que llena. Lukas sostenía el cuerpo menudo del menor, con ambas manos en la cintura, a veces con más fuerza de la necesaria pero siempre con el pendiente de no hacerle daño, mientras que Darel se sujetaba de los brazos de él. Con el tiempo, Darel tuvo la creciente confianza de alejarse un poco más del cuerpo del mayor, lo suficiente como para mover con más libertad sus pies. Tenía que admitir que hasta ese momento, estaban haciendo un buen trabajo.
Cuando llegaron al centro de la pista, un poco más alejados de las demás parejas que patinaban en los alrededores, Lukas se fue deteniendo. Darel sintió esto y arqueó una ceja, confuso por la acción del mayor.
— Oye, Darel, quiero preguntarte algo. — Lukas empezó a decir, con algo de inseguridad en su voz. Sentía la garganta seca de repente. Darel alzó la cabeza un poco y sonrió levemente, todo su rostro denotaba confusión.
— Adelante.
Lukas apretó un poco el agarre que tenía sobre el menor, y abrió la boca, seguramente para hablar, pero la cerró rápidamente. Tardó unos momentos, y cómo Darel no podía ver los gestos de su cara, se preocupó un poco.
— ¿Sigues ahí…?
— ¿Quieres ser mi Valentín?
Listo, lo dijo, y cayó como un cubetazo de agua en el ambiente. Ambos se quedaron en silencio y Lukas pensó lo peor. Darel sonrió y soltó una carcajada el aire. No sabía si eso lo hacía sentir mejor.
— Creí que ya lo éramos.
Y todo el peso cayó de sus hombros.
— Entonces…
— Claro que sí.
Y de repente a Darel se le fue el frío y el miedo al hielo.
— ¿Puedes agacharte un poco? No puedo ponerme de puntitas con los patines, y aunque pudiera, no te alcanzó.
Y todo valió la pena. Lukas hizo como le pidió el menor y encontró sus labios a medio camino. Sintió las manos de Darel subir por sus brazos mientras él hacía lo mismo en su espalda. Llevó una mano a la mejilla del moreno y acarició levemente y con cuidado.
Y si Darel fuera mejor en el patinaje en hielo, tal vez no se habrían caído los dos al frío, duro y malvado hielo.
Alex
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